Anecdotario del Jefe

Relatos sabrosos e inverosímiles del Gran Jefe

Monday, August 07, 2006

Año 2006, Los Placeres: La Mexicana

Una noche cualquiera estamos cenando en familia con unos amigos en la casa. Escuchamos música y conversamos animadamente. Pasan las horas lentamente y casi sin darnos cuenta ya es medianoche. De repente rompe nuestra tranquilidad el sonido estridente y perturbador del teléfono.

Era la vecina del frente, un saludo alborotado y mi señora que grita: “¡Se están robando las tapas de rueda de un auto!” Afuera en frente de nuestra casa en Los Placeres, estaba estacionado el auto de la polola de mi hijo Alejandro, también estaba estacionado el auto del guatón “Tres Yemas”, amigo de la familia; y mi propio auto. Gritar mi señora y salir despavoridos hacia la calle fue un solo movimiento. En la puerta nos estrellamos el guatón Tres Yemas, mi hijo, mi señora, yo y nuestro perro Bandido.

Alejandro se vuelve gritando: “¡Las llaves del auto para perseguir a esos desgraciados!” Salimos todos, miro hacia la calle y veo a un muchacho correr hacia abajo con unas tapas de rueda en la mano. Sin pensarlo dos veces corro tras él, el guatón Tres Yemas, más práctico, corre hacia su auto para iniciar la persecución. Salgo corriendo y gritando como demente:” ¡Párate hijo de tu madre!” y lo empapelo a garabatos. Mientras lo voy persiguiendo miro hacia atrás y me doy cuenta que en esta persecución voy solo, nadie me siguió, sólo mi señora, metros más atrás y premunida de un elegante plumero, con el cual intenta ayudar. El guatón Tres Yemas se subió a su auto pero no lograba arrancar el motor. Mi hijo Alejandro no encontraba las llaves del suyo. Entonces entra a su pieza y descuelga de la pared un yatagán usado por los mártires de la Guerra del Pacífico que mide como dos metros.

Yo en cambio sigo corriendo y gritando tras el ladrón, quien al escucharme se asusta y regresa hacia mí por la vereda de enfrente exclamando: “perdón caballero, yo no saqué ninguna tapa, un muchacho que se arrancó me las pasó, yo me asusté cuando Ud. me gritó. Yo nunca me he robado nada, se lo juró”. Cruza la calle, me pide perdón otra vez y me entrega las cuatro tapas de ruedas que estaban nuevas.

En ese momento llega como tromba Alejandro, armado con su yatagán en ristre y con cara de enajenado mental, gritando como loco. Se va encima del ladrón y en ese preciso instante hace su aparición el guatón Tres Yemas, quien con un violento frenazo, al mejor estilo Starsky y Hutch, queda detenido con su auto sobre la berma al lado del ladrón, quien recibe un planchazo con el yatagán y un caballazo de Alejandro, que lo tira contra el auto del guatón, cayendo como saco de papas al suelo. Allí aprovechamos de pegarle unas buenas patadas y acordarnos de su mamá y de toda su parentela. El ladrón comienza a llorar y nos pide perdón asegurando no haber robado nada. Se para y trata de arrancar, recibiendo algunas cachetadas y otras patadas. Lo dejamos ir y Alejandro le advierte muy serio increpándolo: “¡Arráncate huevón, antes que te mate con la espada!”.

Con las tapas en la mano, cansados después de haber corrido media cuadra, pero victoriosos por haber atrapado al maleante, regresamos a casa haciendo sabrosos comentarios de lo sucedido. Yo tengo las cuatro tapas de rueda en mis manos y subo a la vereda para entrar a mi casa. Mi hijo Alejandro y el guatón Tres Yemas estacionan el auto y se devuelven caminando por la calle, comentando lo ocurrido.

Por un extraño presentimiento, miro hacia el auto de la polola de Alejandro y me doy cuenta que tiene las cuatro tapas de rueda en su sitio. Les pregunto sorprendido: “¿Cuál tapa se robaron?” Revisamos los autos y efectivamente, no habían sacado ninguna. Entramos a la casa muertos de la risa con cuatro tapas de auto nuevas que no eran nuestras y con el pecado de haberle pegado patadas y puñetes a quien no nos había hecho nada. Esto había sido una “mexicana” de tapas de ruedas.

Después de descansar y reírnos un rato, llegamos a la conclusión que las tapas las habían robado un par de cuadras más arriba y que el ladrón se había equivocado al pensar que eran nuestras. Nosotros también nos equivocamos por no mirar nuestros autos. La siempre atenta vecina que nos avisó por teléfono desde la casa del frente también se equivocó al decir que nos estaban robando. Yo me equivoqué al salir corriendo tras el ladrón sin preocuparme de mirar si Alejandro y el guatón Tres Yemas me seguían. Se equivocó también el perro que en vez de perseguir al ladrón, se metió en su casucha. Se equivocó también mi señora al salir con un plumero como arma mortal, con el cual no asustaba a nadie.

Esta fue una bonita experiencia que demostró mi valentía, mi audacia y mis cojones. Una semana después de este condoro, robaron en el centro de Valparaíso las tapas de rueda traseras del auto de la polola de mi hijo. Recordamos la famosa "mexicana" y aprovechamos de ponerle las tapas que le habíamos quitado al ladrón. Para buena suerte eran iguales a las que tenía el auto y estaban más nuevas.

Al analizar fríamente lo sucedido, llego a la conclusión que el único que nunca perdió la compostura fue mi perro Bandido, que tiene 18 años, por lo tanto es un perro que tiene mucha experiencia. El cuadrúpedo en cuestión sólo se limitó a mirar desde la puerta de calle y después de ladrar dos o tres veces, se metió tranquilamente en su casucha y de ahí nadie lo sacó. Ahora pienso que a lo mejor el perro se dio cuenta que nos estábamos mandando un condoro y con mucha sabiduría prefirió acostarse en su camita y pegar una pestañada tranquilamente.

Moraleja: el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón… si no es huevón.


El Jefe.

12 Comments:

  • At 8:35 PM, Anonymous Anonymous said…

    Muy bien Jefe, muy bonita su accion

     
  • At 8:36 PM, Anonymous Anonymous said…

    !!!!Tocate la cabeza!!!!!!

     
  • At 4:16 PM, Anonymous Anonymous said…

    Muy bien muchachito, siempre dije que Ud. "Bien dirigido funciona"
    Congratulations.

     
  • At 5:26 PM, Anonymous Anonymous said…

    bueno, lo mas sorprendente para mi fue q reacciono!!!!!!!! eso es un rasgo de su personalidad q no conocia.... Un beso y sabe q lo quiero mucho
    Ximena (2)

     
  • At 10:49 PM, Anonymous Anonymous said…

    hola.
    Iorana koru'a. ko au ko alejandra puentes tucki.
    todo lindo, pero quiero que me escriban al mail: manuiri13@hotmail.com
    desde el martes que estoy intentando alguna noticia de todos, pero más directa.
    escribannnnnnnnnnnn.

     
  • At 12:49 PM, Anonymous Anonymous said…

    MUY BUENO EL RELATO DE LA MEXICANA, PERO CREO QUE COMO MINIMO DEBERIAN MENSIONAR EL NOMBRE DE LA VECINA DE EL FRENTE, QUE SE LLAMA CECILIA Y ES MI SANTA MADRE, YA QUE GRACIAS A SU LLAMADA DE ALERTO DIO PIE A ESTE RELATO.
    ATTE.,
    CAROL SILVA S.

     
  • At 2:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    Carol:

    El nombre de tu buena moza y santa madre, fue omitido para proteger su identidad en este espectacular relato.

    Los Editores

     
  • At 2:24 PM, Anonymous Anonymous said…

    DEJO CONSTANCIA QUE NO SOLO SU MADRE ES BUENAMOZA......SI NO TB SUS HIJAS.

     
  • At 2:01 PM, Anonymous Anonymous said…

    GRACIAS POR LA CONSTANCIA, LA MAS AGRADECIDA ES MI BUENAMOZA MADRE, PUESTO QUE DE AHI VIENE EL MOLDE .

     
  • At 4:46 PM, Anonymous Anonymous said…

    ah....y no solo son lindas ,ademas inteligentes y simpaticas....

     
  • At 3:53 PM, Anonymous Anonymous said…

    Jefe...
    Presente las amigas...

     
  • At 1:34 AM, Anonymous Anonymous said…

    para el jefe popular !!!
    bueno jefe me parecio muy buena la historia en especial el relato del ladron pobre caballero el de q le pasaron las tapas jajaja
    encuentro VALIENTE de su parte haber salido tras el supuesto ladron y lo mejor lo de su saeñora y el plumero seguro q le da al ladron y lo mata jajajaja BUENO general estan arto buenas las historia chao ! pd : siga escribiendo mas

     

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