Anecdotario del Jefe

Relatos sabrosos e inverosímiles del Gran Jefe

Wednesday, August 16, 2006

Año 2005, Quilpué: La Máquina de los Helados

Un día de verano, voy de visita a la casa de mi hijo Ronnie que vive en Quilpué. Estoy con sus tres hijos más pequeños jugando en el dormitorio principal. Es una tarde muy calurosa.

Los niños jugaban y saltaban como locos en la cama. Ya se habían agarrado varias veces peleando por el control remoto del televisor. De pronto mi hijo me dice: “Papá, ¿porqué no te recuestas un rato y aprovechas de ver una película que arrendé ayer? Te va a encantar”. Rápidamente acomoda la cama, trae un par de cojines para mi espalda, coloca un vaso de jugo al alcance de mi mano y les dice a los niños que se estaban acomodando a mi lado: “¡Todos afuera a jugar al patio! La película es para mayores así que no molesten y dejen tranquilo al tata (o sea, yo)”.

Cosa muy extraña, los niños le hacen caso inmediatamente y se van a jugar al jardín. Ponemos la película y mi hijo enchufa una especie de estufa a gas en un rincón. Es un artefacto muy elegante con algunos botones y enteramente cromada. Además tiene unas luces rojas y verdes que destellan suavemente. Me confiesa muy suelto de cuerpo que el artefacto que acaba de enchufar es una máquina para hacer helados, que la compró el día anterior y que ahora la vamos a inaugurar. Va hacia el aparato en cuestión y ajusta un par de botones. Se enciende una luz roja y me pregunta con toda inocencia: “¿Quieres un barquillo de chocolate, frutilla o bocado?” Yo agarro papa al verlo tan serio y le pregunto si es posible que sea de vainilla y chocolate. Me dice: “Lógico, esta máquina está diseñada para hacer cualquier cosa, es lo más moderno que ha salido en esta materia”. Le digo entonces que sea una buena porción. Me contesta: “No te subas por el chorro, la máquina prepara barquillos sólo para gente normal. Ahora la voy a programar para hacer varios barquillos”. Aprieta un botón, se enciende una luz amarilla y el aparato emite un suave y continuo zumbido. Agrega: “La máquina te avisará en un par de minutos que los barquillos están listos, se apagará automáticamente. Si quieres otro barquillo, sólo aprieta este botón blanco”. Termina diciéndome que los barquillos salen en gloria y majestad por una abertura a un costado. Me informa que estará en le patio en la pieza de música con sus hermanos y que no me preocupe.

Estoy en la cama hace mucho rato, he visto casi la mitad de la película y estoy un poco nervioso porque con la maldita máquina no pasa nada, ni siquiera emite sonido alguno. Sigue encendida la luz verde y todo sigue igual. Me levanto y me acerco con cuidado, la examino y la toco para saber si se ha calentado. Lo único caliente soy yo porque tengo mucho calor y la máquina se está demorando lo suyo. Le doy un par de golpecitos con la mano para ver si la maldita máquina se activa. No pasa nada. Le aplico una patada por si acaso. Todo sigue igual, entonces con toda la calentura la retiro de la pared y reviso la parte posterior. Allí una placa metálica se ríe de mí e insulta mi inteligencia. Dice: “Purificador de aire, hecho en China”.

Me doy cuenta de mi inocencia, pero la máquina parecía otra cosa, enteramente cromada, con un elegante panel de control y luces de varios colores. Podría haber esperado una semana o un mes y este artefacto jamás me hubiera dado un helado. Sólo purificaría el ambiente y nada más.

Escucho risas en el patio y hago mi aparición. Apenas me asomo me gritan: “¡Papá, tráeme un barquillo de chocolate! ¡Papá, tráeme un helado de bocado!” Hasta los cabros chicos se ríen y me piden helados. Me subieron al columpio un largo rato.

Gracias “amigo” Ronnie. Han pasado como tres años y todavía cuando voy a tu casa espero que la máquina desgraciada me sirva un barquillo de chocolate y bocado. Sólo le deseo a la maldita máquina que un día cualquiera haga un cortocircuito y quede para siempre arrumbada en un rincón. La culpa no la tiene la máquina, el culpable es el gracioso que la programó.

El Jefe

6 Comments:

  • At 9:45 PM, Anonymous Anonymous said…

    ..jajaja....hay que ser bien de las chacras !!!

    ronnie

    cuenta la del veneno para palomas

     
  • At 8:32 PM, Anonymous Anonymous said…

    me imagino como se habran reido jaja.angela

     
  • At 10:54 PM, Anonymous Anonymous said…

    me di cuenta que debo publicar el comentario.
    escribe alejandra puentes tucki.
    mi mail:manuiri13@hotmail.com
    tengo ganas grandes de tener noticias de todos. saber en que están.. que es de sus vidas en fin. mas vale tarde que nunca.
    besitis.

     
  • At 7:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    ale.....te mande un mail soy el jano.
    besos....
    janatran@msn.com

     
  • At 5:16 PM, Anonymous Anonymous said…

    Me imagino lo feliz que estbas, en especial que eran gratis,por eso pedistes de dos sabores...
    �Ud. siempre dio tanto jugo?

     
  • At 3:19 PM, Anonymous Anonymous said…

    Cuando vas a contar una historia donde no metas las patas,Mr Bean.
    86 , Inspector Clousau, .....

     

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