Anecdotario del Jefe

Relatos sabrosos e inverosímiles del Gran Jefe

Thursday, November 16, 2006

Año 2006, Club Placeres: Una Noche Especial

El último domingo del mes de julio, recién pasado, a las 11 AM, un amigo muy querido, en la plenitud de su vida, en gran estado físico y mental, sufrió un accidente cardiorrespiratorio fulminante conduciendo su vehículo por la Avenida España, hacia Viña del Mar, frente a la Escuela Industrial. Mi querido amigo falleció trágicamente a cinco minutos de su casa, ubicada en la subida Agua Santa, frente a la gruta de Lourdes.

Mi amigo se llamaba Juan Domingo Bozzo Solari, tenía 64 años. Nació y pasó su juventud en nuestro querido cerro los Placeres, donde conoció a su querida esposa, la señora Amalia Fernández. Juan, o Pelao, como le decíamos cariñosamente, fue un destacado deportista y dirigente del Club Deportes Los Placeres. El día del fatal accidente había llegado a las diez de la mañana a la cancha techada del Club en San Guillermo.

El grupo de antiguos jugadores y amigos del club Placeres se juntaba a pichanguear todos los domingos en la mañana. Ese día el partido se resolvió un poco antes. Después de descansar un momento, el Pelao subió al auto acompañado de un amigo, a quien dejó un par de cuadras más allá. Siguió su camino de regreso a casa sin ningún problema hasta encontrarse con la última jugada que le tenía preparada el destino, y que ha llenado de tristeza y soledad a su familia y amigos.

El funeral fue algo impresionante, el dolor que sentimos todos es muy difícil de relatar. Después de dos meses, sus amigos decidimos ofrecerle un homenaje póstumo como manifestación del gran afecto que sentimos por él, pues siempre fue un amigo leal y de grandes condiciones humanas. Este homenaje estaba planificado desde hacía un tiempo, a modo de sorpresa, sin embargo, el destino tenía preparada otra jugada y se llevó a nuestro amigo.

Por tratarse de una persona tan querida, decidimos realizar la reunión -programada para fines de septiembre- y rendirle de igual manera este homenaje como si estuviera con nosotros en nuestra sede social. Este es el tributo que le rendimos quienes fuimos sus amigos por más de cuarenta años.

Una noche en casa de la familia Bozzo, mi hijo Alejandro, quien es muy amigo de la familia, le comentó a los hijos del Pelao, que en la reunión del mes de septiembre del Club Deportivo los amigos le rendirían un homenaje a su padre. Esta conversación la escuchó Amalia, su esposa, y sin pensarlo dos veces dijo: “Yo voy a esa reunión, quiero agradecer a todos sus amigos personalmente el cariño y la amistad que han demostrado por mi marido”. La hija y una hermana se sintieron profundamente conmovidas, y en un inexplicable impulso decidieron acompañarla.

El día de la reunión, los familiares llegaron al Club envueltos en una sensación misteriosa y acogedora. Al ingresar al Salón de Honor fueron recibidos por el señor Enrique Becerra, el presidente del Club señor Alejo Riquelme, y don Alejandro Martínez Rojas con quien los unía una gran amistad. Ellos se sintieron siempre acompañados fuertemente por el espíritu de don Juan Bozzo.

Luego de la presentación, que fue muy emotiva, se dio comienzo al homenaje. El señor Riquelme agradeció la presencia de la familia Bozzo. Volvió a destacar las virtudes y méritos de nuestro amigo, y además informó a la familia, que el Club había decidido que todos los años, en diciembre, se entregaría un premio al jugador o dirigente más destacado, y que llevaría por nombre “Premio al Deportista Más Destacado Juan Domingo Bozzo Solari”.

Algo extraño y mágico sucedió en ese momento, no puedo explicarlo claramente: una sensación de espiritualidad nos envolvió y, mientras yo hacía uso de la palabra, flotaba en el aire un sentimiento de paz y tranquilidad profundamente emotivo.

Un aplauso espontáneo y sostenido rubricó este emocionante momento. Siguió flotando en el aire esa sensación de la presencia del espíritu de mi amigo, mientras se contaban historias y anécdotas que hicieron disfrutar a su familia de gratos recuerdos.

A las once de la noche, después de tres horas en el salón del Club, la familia Bozzo hizo abandono de la sede. Al retirarse, la señora Amalia nos dijo que siempre sintió la presencia de su esposo a su lado.

Se llevó esta familia el recuerdo de una noche inolvidable, y, como nos dijo su esposa al agradecer este homenaje, el Pelao estuvo presente esa noche con todos nosotros.



Gianni:

Que el camino salga a tu encuentro
Que el viento sople siempre a tu favor
Que la lluvia caiga suave sobre tus campos
Y que Dios te sostenga en Su mano…

… hasta que nos volvamos a encontrar.

Amigo, nosotros jamás te vamos a olvidar.

Alejandro Martínez Rojas